Miguel Ruiz es ingeniero agrónomo especializado en horticultura sostenible y gestión de suelos, con 18 años de experiencia en asesoramiento técnico para jardines residenciales y explotaciones agrícolas ecológicas en España. Titulado por la ETSIA de Madrid con especialización en Producción Vegetal, actualmente trabaja como consultor independiente en proyectos de transición hacia jardinería sin químicos sintéticos.
Miguel Ruiz se formó como ingeniero agrónomo en la ETSIA de Madrid, donde se especializó en Producción Vegetal y Fitopatología. Tras finalizar sus estudios, trabajó durante 6 años como técnico en una empresa de producción de planta ornamental en viveros de la zona centro, donde adquirió conocimiento profundo sobre los ciclos de vida de las especies mediterráneas y sus requerimientos edafoclimáticos específicos. Posteriormente realizó un posgrado en Agricultura Ecológica y Gestión Integrada de Plagas en la Universidad de Almería. Durante los últimos 12 años ha trabajado como consultor independiente especializado en la conversión de jardines convencionales hacia sistemas de bajo input químico, asesorando a más de 300 propietarios en toda España sobre selección de especies adaptadas, mejora de suelos degradados mediante enmiendas orgánicas, rotación de cultivos en huertos familiares y control biológico de plagas. Está certificado como asesor en xerojardinería y gestión hídrica eficiente, y domina las técnicas de diagnóstico de suelo mediante análisis caseros y profesionales. Conoce en detalle el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y las restricciones legales sobre fitosanitarios recogidas en el Reglamento Europeo 1107/2009. Es formador habitual en escuelas de jardinería y centros de formación agraria sobre temas de fertilidad de suelos, manejo integrado de plagas y diseño de calendarios de plantación adaptados a las diferentes zonas climáticas españolas. Comparte su experiencia técnica para que los jardineros domésticos comprendan los principios agronómicos fundamentales que determinan el éxito o fracaso de un jardín a largo plazo, evitando los errores más comunes que llevan al agotamiento del suelo, proliferación de malas hierbas y colapso de producción tras 3-4 años de cultivo.